MI PRIMO HERMANO Y YO
Nací en un rancho del Estado de Guanajuato pero cuando tenía 3 años mis padres se fueron a vivir al Estado de México, como éramos muchos hermanos casi no tenía oportunidad de viajar al rancho a visitar a la familia por lo que no conocía a la mayoría de mis primos.
Había 2 primos que eran muy mencionados en el rancho, los “famosos” por decirlo de alguna manera, lo curioso es que cuando yo iba al rancho ellos no estaban ahí y francamente tenía muchas ganas de conocerlos. Armando era el clásico galán, todas las chicas suspiraban por él, media 1.85 blanco, pelo rizado, cuerpo muy marcado debido al trabajo pesado y al ejercicio diario, no tomaba ni fumaba, tenía todas las virtudes del mundo y era el hombre que las madres querían para sus hijas… Su padre es hermano de mi padre… Lo conocía por fotos pues estaba en Chicago.
Alejandro es el otro primo que no conocía, hijo de una hermana de mi madre y era famoso por lo mujeriego y por beber demasiado, no veía fotos suyas cuando iba a su casa, pues según su hermano menor, las regalaba a sus muchas conquistas, él estudiaba en Sonora, por eso iba cada año al rancho y no coincidíamos.
Una tarde, al llegar de mi trabajo a casa, me dice mi hermana la más pequeña, “vino a visitarnos el primo Alejandro” y yo le pregunté, ¿Cuál Alejandro? A lo que ella me respondió, el hijo de la tía Luisa, esta tomando algo con papá en el bar de la esquina, pensé con razón tiene fama de borracho.
Comí rápido y me fui al bar a saludar y conocer al famoso primo Alejandro. Él estaba de espaldas a mi cuando llegué, así que pude deleitarme la vista con su espléndido trasero que se le marcaba dentro de ese ajustado pantalón vaquero blanco que llevaba, pelo negro rizado y medio largo, espalda ancha y se le veían una brazos muy fuertes cubiertos de vellos, debía medir algo más que el primo Armando, 1.88 tal vez.
Al darse la vuelta (mi padre le dijo que yo iba llegando) quedé gratamente sorprendido, era mucho más guapo que Armando!
Moreno, ojos intensamente negros, las cejas hacían conjunto con sus largas pestañas, nariz recta, labios gruesos, barba cerrada perfectamente recortada y un bigote que lo hacía lucir tan masculino. Cuando me sonrió pude ver sus dientes alineados y blancos, su voz ronca no tenía acento de rancho, me abrazó y me dijo: “Hasta que conozco al famoso primo Ben” y soltó una carcajada.
Yo le pregunté que porque famoso y me dijo, “Ben, tú eres el único de todos los primos que estudiaba para ser cura y ahora eres escritor, cómo no vas a ser el primo más famoso? Pero dame otro abrazo pues!. Y debo decir que me encantó sentir la fuerza de sus brazos al abrazarme.
Estuvimos un rato en el bar y nos fuimos a casa, mi padre insistió en llevar una botella de tequila y a mi no me pareció buena idea pues ya habían tomado suficiente cerveza, pero mi primo dijo que ambos tenían mucho aguante y ya no dije nada, en casa estuvimos hablando de varias cosas pero yo no ponía mucha atención por estar contemplando a mi primo, realmente me gustaba mucho!
A eso de las 10 de la noche me despedí de ellos, les dije que tenía que trabajar al otro día y como era viernes de paga no podía llegar tarde, mi padre solo me dijo, le haces sitio en tu cama a Alejandro hijo, y yo pensé “Hay Dios mío! no voy a poder dormir con semejante tentación al lado”
No pasó mucho tiempo, una hora tal vez, cuando escuché a mi padre decirle a mi primo Alejandro, “anda hijo, vete a acostar con tu primo Ben que mañana tenemos que ir temprano a que conozcas la ciudad” yo fingí dormir cuando lo sentí llegar a mi cuarto.
Lo sentí cuando se sentó a la orilla de mi cama para quitarse las zapas, trataba de no hacer ruido, se levantó y escuché el ruido de la cremallera de su pantalón, yo estaba de espaldas pero sabía que se estaba desvistiendo, quise darme la vuelta para verlo pero preferí dejar que pensara que yo dormía profundamente…
…Se metió debajo de las sábanas y pegó su cuerpo junto al mío, al instante me excité y mi pene parecía una roca, me quedé quieto un rato, después me separé un poco y me puse boca arriba, él roncaba un poco, traté de separarlo de mi pero lo único que conseguí fue que se pegara más a mi, y en un movimiento inesperado puso su pierna encima de las mías, fue como si una descarga eléctrica hubiera tocado mi cuerpo, su pierna velluda provocaba escalofríos en las mías, me pregunté si estaba despierto o no, esperé quiero otro rato y después me di la vuelta para quedar frente a él, su respiración era suave y tranquila, había dejado de roncar.
No se cómo pero las mantas se bajaron un poco y como hacia frío me abrazó, subí las mantas pero él seguía abrazado a mi, yo ya sentía que mi pene iba a estallar, en ese momento Alejandro se pegó aún más a mi y pude sentir que su pene estaba igual de duro que el mío, no pensé en nada, olvidé que era mi primo hermano, que estaba bebido y que era heterosexual. Metí mi mano dentro de sus calzoncillos sin titubeos, su pene duro y caliente palpitó en mi mano, no podía abarcarlo todo pues era muy grande, debía medir unos 20 cm, además, lo tenía muy grueso, comencé a acariciarlo, bajé el prepucio que cubría su glande y mis dedos resbalaban por el líquido preseminal que empezaba a chorrear, él gimió y acercó su cara a la mía, su aliento me quemaba, su barba raspaba mi cara y esa sensación me encantó, abrí los labios y los acerqué a su boca, él abrió los suyos e introdujo su lengua en mi boca, sus dientes mordieron suavemente mis labios, con mi mano libre acaricié su cabello y con la otra seguí masturbándole despacio, comenzó a moverse lentamente, sus besos me encantaban, entonces, sentí su mano acariciando mi pene por fuera de mis calzoncillos, luego la metió dentro y comenzó a masturbarme él también, yo me sentía en la gloria.
Dejé de besarlo para que mis labios recorrieran su cuello, sus gemidos me decían que le gustaba, mis manos acariciaban su pecho, mis dedos se enroscaban en el vello que cubría su pecho, después comencé a bajar lentamente, primero le besé el pecho, sus pezones se endurecieron y los mordisqué muy suavemente, él me apretó la cabeza contra su pecho, seguí con este ritual un rato más mientras con las manos apretaba su espalda, luego bajé hacia su ombligo, ahí metí mi lengua y empecé un juego de meter y sacar entre sus vellos, mis manos dejaron su espalda para dedicarme a su pene, con una mano acariciándole y la otra sus huevos, mi primo me agarró la cabeza y me la bajó en clara señal de que quería que se lo chupara, yo pensé este polla tan grande no me va a caber.
Primero pasé la punta de mi lengua por su glande y mis manos ascendieron hacia su pecho, poco a poco introduje su polla en mi boca y mi primo, agarrando mi cabeza controlaba las mamadas que le daba, mientras con mis manos seguía acariciandole el pecho, estuvimos así por varios minutos, luego, él mismo me sacó su pene de mi boca y me subió hasta su boca, me volvió a besar, esa barba raspando mi cara me tenía a mil, su boca se posó en mi cuello y el placer aumentó más, sentir su barba en mi cuello y sus labios quemándome fue sentir que tocaba el cielo!.
Mientras mi primo me besaba el cuello, mi mano volvió al ataque de su rabo y él empezó acariciarme el culo, me masajeaba el trasero con delicadeza y de pronto me dijo “primo, date la vuelta” a lo cual obedecí de inmediato, apenas me di la vuelta acercó su polla a mi culo, pensé que me iba a destrozar, pero él tuvo el cuidado de poner saliva en mi culo y como su pene estaba aún mojado por mi saliva lo introdujo muy despacio, a mi me dolía pero a la vez quería sentirlo todo dentro de mi. En cuánto sentí que entraba la mitad empujé mi cuerpo hacia atrás y de inmediato me ensartó todo, sentí que me partía en dos, fue un gran dolor, pero mezclado con placer, así empezaron sus embestidas, primero despacio y después más rápido. Mientras me penetraba, una mano suya acariciaba mi polla, la otra mi pecho, su boca no paraba de besar mi nuca, yo no quería que esta noche terminara nunca…
…Luego de estar follándome de espaldas a él, mi primo me tomó de la cintura y se dio vuelta hacia arriba para que yo quedara montado sobre él, de esa manera pude tener el control de la penetración y sentía aún más dentro de mi su deliciosa polla, él continuaba masturbándome, con su otra mano me acariciaba los huevos, era tal el placer que me daba, que no me pude aguantar y mi corrí sobre su pecho, al eyacular contraje mi culo y eso provocó que mi primo también se corriera dentro de mi, sentí como arrojaba chorros calientes de semen que se deslizaban dentro de mi, me tumbe sobre él, le besé en los labios y le dije gracias, estuviste sensacional mi primo sólo sonrió, me dio media vuelta, me abrazó dejando su pene dentro de mi y así nos quedamos dormidos.
A las 5 de la mañana me levanté, me metí a duchar y me fui a trabajar, me sentía terriblemente culpable, sentía que había abusado de mi primo pues estaba borracho, en el trabajo mis compañeros no paraban de reír y decirme que había estado brutal el ataque de los vampiros pues tenía mi cuello lleno de chupetones, se me hizo corto el día ya que no quería volver a casa por miedo a ver la cara de mi primo, hice tiempo el más que pude, estuve sentado en un parque esperando que anocheciera y por fin llegué a casa, mi padre y mi primo no estaban, así que me metí sin cenar a mi cama, le dije a mi madre que me dolía la cabeza y que quería dormir, mi padre y mi primo no llegaron.
El sábado temprano llegó mi padre y me dijo que decía mi primo que lo disculpara, que habían pasado la noche en casa de una madrina de él y que de ahí se había regresado al rancho pues tenía cosas que hacer, me entregó un papel que decía:
Gracias por todo, escríbeme, tenemos mucho que hablar.
Alejandro.
Incluía la dirección de la universidad donde estudiaba en Sonora.
No le quise escribir por miedo y cobardía, evité ir al rancho mucho tiempo pero un día fue inevitable que fuera y ahí lo volví a ver, pero esa es otra historia…
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